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Los huéspedes disfrutarán de las vistas de las interminables dunas doradas desde la comodidad de su camilla en una sala de tratamiento el Qasr Al Sarab. Este singular establecimiento está inspirado en las antiguas musas asiáticas de Anantara y ofrece una amplia gama de experiencias para darse uno o varios caprichos. El trayecto de dos horas desde la capital hasta el gigantesco Cuadrante Vacío en el desierto de Liwa sin duda merecerá la pena.
Los tratamientos relajantes se inspiran en rituales árabes tradicionales y terapias exóticas de bienestar procedentes de Tailandia. Uno de los tratamientos más demandados es la experiencia de hamán marroquí tradicional que desintoxica y nutre la piel con exfoliantes y envolturas infusionadas con ingredientes con propiedades curativas. El spa también ofrece un lujoso tratamiento facial con rubíes, así como el ritual con rosa del desierto árabe, ambos muy recomendables.