coffee and dates

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El café forma parte de la cultura árabe desde hace siglos, y algunas de las tradiciones en torno a esta bebida han dejado una profunda huella en el patrimonio cultural de la región. Servir café a las visitas constituye un acto simbólico de generosidad y es uno de los emblemas de la hospitalidad árabe. De hecho, el proceso de elaborar y servir el café («gahwa», en árabe emiratí) está cargado de complejas tradiciones y rituales sociales.

En el pasado, los beduinos que habitaban los desiertos preparaban café con cardamomo y azafrán encendiendo una hoguera en un hoyo en el suelo y sirviéndolo en unas pequeñas tazas sin asa. Con el tiempo, esta tradición fue sustituida por el kuwar, un fogón de arcilla que se construía con guijarros y láminas de piedra. En las casas o tiendas, el kuwar se encontraba en el majlis (el lugar donde se sentaban los invitados) junto a una leñera y un asiento para la persona encargada de elaborar el café.

Transformar los granos de café en la deliciosa y aromática bebida que conocemos conlleva varios pasos: primero se seleccionan los granos y se lavan, y después se tuestan hasta quedar rojos o marrones. Los granos tostados se muelen y se infusionan en agua hirviendo para elaborar un exquisito e intenso café.

Elaborar, servir y saborear un café árabe es todo un ritual que se rige por ciertas normas para quien lo prepara, y también para el anfitrión y el huésped. Quien lo sirve debe sostener la dallah (cafetera) con la mano izquierda y el pulgar apuntando hacia arriba mientras sujeta la taza con la derecha. Los invitados deben utilizar la mano derecha para asirla cuando se la ofrecen, y también para devolverla al terminar. Primero se sirve al huésped más importante o de mayor edad, y solo se llena un cuarto de la taza. Aunque se puede repetir, lo habitual es beber al menos una taza y no más de tres. El café árabe es un placer que disfrutan tanto los hombres como las mujeres de todos los estratos sociales, especialmente en el ámbito doméstico.

En 2015, como reflejo de la importancia cultural de esta bebida, a petición de los EAU, Arabia Saudí, el Sultanato de Omán​ y Catar, se inscribió el café árabe en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

Otro elemento indispensable de la cultura árabe es el dátil. Este característico fruto, quizá el más clásico de los souvenirs comestibles, ha sido un alimento esencial para los pueblos de la zona, de ahí su importancia en la cultura árabe.

Hoy en día, hay dátiles de muchas variedades modernas, cada una con un color y un sabor característicos. Incluso los hay bañados en chocolate y rellenos de almendras o de piel de naranja confitada. Bateel, una conocida cadena de dátiles gourmet, ofrece una increíble selección de dátiles de primera calidad, así como otros productos elaborados con ellos: zumo de dátil carbonatado, mermelada de dátil, dátiles en conserva… ¡incluso vinagre balsámico infusionado con dátiles! Si estás pensando en llevarte un delicioso recuerdo de tu viaje, ¡este es tu sitio!

El Festival del Dátil de Liwa promueve y rinde homenaje al papel simbólico e histórico que desempeña el dátil en la cultura emiratí. Se celebra todos los años en el mes de julio en Al Dhafra y en él compiten multitud de explotaciones datileras emiratíes que ansían el título de mejor cultivador de dátiles de cada edición. Es un evento entretenido e ideal para familias que reúne tanto a lugareños como a visitantes, quienes aprovechan para conocer (y saborear) de primera mano la cultura emiratí. Los mejores dátiles de cada categoría se llevan un premio, y también se celebra una subasta en la que algunos dátiles llegan a venderse por más de 6000 AED el kilo.